martes, 14 de febrero de 2012

abre los ojos.

Nunca me han dicho muchas palabras bonitas seguidas en menos de cinco minutos, bueno si miento, si lo hicieron. Una vez, en menos de cinco minutos y mirándome a los ojos me dijeron cosas que nunca antes me habían dicho, pero resultaron ser mentira y al día siguiente esas palabras habían volado como si nada. Lo que quiero decir con todo esto, es que siempre decimos que las palabras se las lleva el viento, que valen más los hechos que las palabras. En realidad, a todas nos gusta que nos llenen los oídos con palabras bonitas, que nos digan mirándonos a los ojos todo lo que somos para esa otra persona. No estoy hablando de contar mentiras, si no de que me mires a los ojos y que las palabras salgan solas, tal cual las sientes.
Y con todo esto, lo que también quiero decir, es que echo de menos llorar de alegría, echo de menos que alguien me mantenga la sonrisa día tras día. Porque por muy difíciles que parezcan a veces las cosas, deberíamos saber valorar que si tenemos a alguien a nuestro lado es por algo, y que sólo por eso ya es un motivo para sentirnos bien. Y la mayoría del tiempo nos pasamos quejándonos por esto o por lo otro sin darnos cuenta de que quizás tenemos delante nuestro lo que mucho tiempo llevamos buscando.
Deberíamos de sentirnos orgullosos cuando alguien nos regala una sonrisa, en vez de fijarnos sólo en los errores o en los defectos, porque somos humanos y todos cometemos errores. Y por último, a veces lo más importante son los pequeños detalles, que a veces ni hace falta dejarse la piel en hacer algo.

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