sábado, 26 de noviembre de 2011

A veces.

A veces no puedes controlar las cosas, no puedes echar algo de tu vida tan fácilmente ni puedes pretender que algo se quede aquí un poco más. Todo lo que se aleja un poco de nosotros es por algo y no queda otra que aceptarlo.
A veces, es por que se desgasta lo que había, porque los sentimientos no son lo mismo, otras veces porque tenemos la necesidad de estar solos y otras veces es porque aún sabiendo que no nos queremos alejar lo hacemos igual. No siempre todo tiene un motivo, una razón y una explicación.
El tiempo no tiene nada que ver para echar a alguien de menos, los sentimientos no se controlan. Es mentira eso de que un clavo saca a otro clavo, que el tiempo lo cura todo, que poco a poco lo olvidarás. Es mentira, ¿y sabes por qué? Porque no todo entra en tu vida y deja una marca, pero quién consigue eso, da igual donde este, si a tu lado, si a tu lado solo a medias o si a mil millones de kilómetros de ti, siempre te acordarás de esa persona. Y sí, es cierto, el tiempo se queda en nada y los recuerdos sólo son recuerdos, pero es mejor eso que tener que olvidar.
Pero aún así no nos podemos quedar aquí, aunque nos cueste seguir adelante porque ya no esta esa persona que tiraba de nosotros, tenemos que hacerlo. Nunca nada es un motivo para quedarse quieto viendo como pasa la vida por delante de nuestras vidas. Que si, que lo sé, que no es fácil pero es que nada es fácil, y si lo es no le prestariamos atención.
Es normal que a veces, no nos lo podamos quitar de la cabeza, que nos persigan los recuerdos día tras día, que nos enfademos por tener que echar algo de menos, pero a pesar de todo, no podemos aferrarnos al pasado. Todo sigue.

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